Halloween
Robando una calabaza en aquella inmensa explotación –de no sé qué gran multinacional-, recordé lo que me contó mi abuelo.
“Tiempo atrás, cuando el cielo se enlutaba por las hogueras y las bocas se endulzaban con buñuelos, las almas tenían su día de oficios, flores y velas de recuerdo.
Desarraigadas por la globalización y olvidadas en su día, contemplan los bailes de disfraces, importados festejos, que impone la tiranía del comercio”.
Él había sido enterrador durante décadas en aquel sitio. Me marché sin la calabaza. Desde entonces los faroles vuelven a lucir en la noche de los muertos.
Comentarios » Ir a formulario
Autor: Djanker
Fecha: 05/11/2007 09:24.
Autor: ana
Fecha: 12/11/2007 18:20.